domingo, 18 de abril de 2010

"Cuando un alma deja éste mundo, una estrella nace..."




La ciudad ese día no tenía luz. Allí donde mirase, un nuevo recuerdo se apoderaba de su alma, en la heladería del frente vendían el sabor preferido de Noah, en la plazoleta de la esquina se tomaron las manos por primera vez y dos cuadras más al Sur, él le consoló luego de decirle que tenía Leucemia.

Leucemia... Había estado luchando contra ella poco más de un año. Camila lo acompañaba a diario en la clínica del cáncer después de la escuela. Lloraba la mitad del camino que debía recorrer para poder componer su mejor sonrisa para él. Se sentaba a su lado, tomaba su mano, y procuraban hablar del último libro, el último capítulo de tal o cual anime. Básicamente, de cualquier cosa menos de la enfermedad ya que, cuando lo hacían, ambos acababan llorando en los brazos del otro, y con la pena, las defensas del hombre bajaban más que de costumbre.

Hasta que él ya no fue capaz de seguir. Las quimioterapias no lograron en todo ese tiempo extirpar su mal, y no había nadie inscrito en las listas de donación de médula que fuese compatible con él, de modo que se fue consumiendo cada vez más y más.

Recordaría esa tarde por el resto de su vida, había llegado de la escuela con su más radiante sonrisa, los árboles de cereza comenzaban a florecer y llevaba una ramita con algunas para dejar en el pequeño florero de su novio. Su puerta estaba cerrada y se escuchaba la voz -más quebrada que de costumbre- de su padre, tocó con suavidad tres veces y fue rodeada por los pequeños y frágiles brazos de la madre de Noah, que lloraba sin tregua. Fue necesaria sólo una mirada a la cama desocupada del hombre para entenderlo todo. La rama cayó, y devolvió el abrazo a la mujer, dejando caer las lágrimas en su hombro.

Y aquella noche una pequeña botella de cristal la veía desde su escritorio, una botella que contenía una parte de la vida de quién fue su primer amor.

A lo lejos, una estrella brillaba.

Ella no sabía, ella no sospechaba que aquella lejana estrella sólo brillaba por sus ojos.

Porque cuando un alma deja éste mundo, una estrella nace...

1 comentario:

  1. Realmente emotivo... Me gustó mucho, amor ^^

    Me recuerda a una historia que veía hace años...

    Me gustó bastante =D

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